martes, 28 de octubre de 2014

El género dramático - Conceptos básicos



La finalidad de una obra teatral es ser representada frente a un público espectador. El autor de un texto dramático escribe su obra con esta intención. Por ese motivo, en ese texto incluye información destinada al director y los actores (y, en menor medida, al escenógrafo, el iluminador y el vestuarista) acerca de la puesta en escena, es decir, cómo imagina él que deben ser la actuación, el vestuario, la iluminación, la escenografía, etc. en una representación frente al público.

Por ello, el texto dramático se caracteriza por estar compuesto por dos partes bien diferenciadas:

Ø Los parlamentos: son los discursos de los personajes, o sea, todo lo que dirán los actores que representen a esos personajes. Pueden ser diálogos o monólogos. El tipo textual que predomina en los parlamentos es el dialogal. Para introducir lo que le corresponde decir a cada personaje, el autor escribe el nombre del mismo, un punto y una raya de diálogo. Luego, aparece el parlamento correspondiente.

Ejemplo:

Isabel. – Un momento, señor alcalde. Yo me caso con él.

Ø Las didascalias o acotaciones: son las indicaciones del autor acerca de cómo debe representarse la obra y se dirigen al director y los actores. Detallan las características de la escenografía; los gestos, las actitudes, los tonos de voz y los movimientos de los personajes; el vestuario; la música; las luces; etc. En ellas predomina, por lo general, el tipo textual descriptivo. Las didascalias suelen estar escritas en cursiva (o algún otro tipo de letra diferente del que se usa para los parlamentos) y/o entre paréntesis.

Ejemplo:

Juana (suave). -¿Por qué no deja primero que cuente? Es interesante. A Antonio, sobre todo, le tiene que interesar. […]
Antonio (la mira. Pausa). ­-Que cuente, si quiere. (Se levanta para irse. Una pausa vacilante de Mateo: mira a Badoglio).
Mateo (a Juana, suave y lentamente). –Bueno. Fue un caso que pasó en Francia. Se le llamó “El pan de la locura”.


Otros elementos fundamentales del texto dramático son:

Ø Lista de personajes: es lo primero que encontramos después del título al leer un texto dramático.

Ø La presentación de escena: es un tipo particular de didascalia, en el que se describe el lugar en el que se desarrolla la acción. Suele situarse al comienzo de la obra o de cada acto.

Ø Nombre de los personajes: con ellos se encabeza cada parlamento del diálogo teatral.


Cuando hojeamos un texto dramático leemos todos estos elementos. En cambio, cuando vamos al teatro a ver una función, escuchamos los textos de los parlamentos de boca de los personajes y “vemos” plasmadas las acotaciones... Es decir, no escuchamos el texto de las didascalias sino que percibimos su representación sobre el escenario (nadie nos dice, por ejemplo, “hay una mesa”, simplemente vemos la mesa en escena).

Por esto es muy importante diferenciar texto dramático (lo que el autor escribió en papel) de texto espectacular (el espectáculo en sí, la representación, aquello que vemos y escuchamos cuando vamos al teatro).


Estructura externa

Las obras teatrales se dividen en actos. Su comienzo está marcado por el levantamiento del telón, y el final, por su caída. En las salas que carecen de telón suelen usarse las luces: se encienden al comienzo de cada acto y se apagan para marcar su final. Muchas veces, la división en actos indica que ha pasado cierto tiempo o que la trama se desarrolla en un lugar diferente.
A su vez, cada acto se divide en escenas, que están marcadas por la salida o la entrada de los personajes. Así, cada vez que sale o entra al escenario algún personaje, estamos frente a una nueva escena. Las salidas de personajes reciben el nombre de mutis.


Conflicto

En los textos teatrales se plantea un conflicto, un problema o dificultad que los personajes deben afrontar. Este conflicto es el núcleo de la acción dramática. En base a él, podemos distinguir:

Presentación de los personajes, la situación y el conflicto.
Clímax: punto de máxima tensión del conflicto.
Desenlace: el conflicto desemboca en algún tipo de resolución, feliz o desdichada.

Dentro de una obra dramática generalmente se presentan un conflicto central o principal y otros conflictos secundarios (ya sea porque son problemas menores, porque no reciben el foco de la atención o porque involucran a personajes secundarios).


Ingredientes de una representación teatral


En una representación teatral, como adelantamos, se conjugan diversos elementos: el texto teatral escrito por el autor o dramaturgo; la actuación de los actores (sus gestos, movimientos y tonos de voz); la escenografía; el vestuario; las luces; la música y los efectos sonoros. En algunas puestas también puede haber baile, video, efectos especiales, canto, etc. Quien dirige una representación teatral y decide cómo se combinan estos distintos elementos es, justamente, el director.