La finalidad de una obra teatral
es ser representada frente a un público espectador. El autor
de un texto dramático escribe su obra con esta intención. Por ese
motivo, en ese texto incluye información destinada al director y los
actores (y, en menor medida, al escenógrafo, el iluminador y el
vestuarista) acerca de la puesta en escena, es decir, cómo imagina él
que deben ser la actuación, el vestuario, la iluminación, la escenografía, etc.
en una representación frente al
público.
Por ello, el texto dramático
se caracteriza por estar compuesto por dos partes bien diferenciadas:
Ø Los parlamentos: son los discursos de los
personajes, o sea, todo lo que dirán los actores que representen a esos
personajes. Pueden ser diálogos o monólogos. El tipo textual que predomina en los parlamentos es el
dialogal. Para introducir lo que le corresponde decir a cada personaje, el
autor escribe el nombre del mismo, un punto y una raya de diálogo. Luego,
aparece el parlamento correspondiente.
Ejemplo:
Isabel.
– Un momento, señor alcalde. Yo me caso con él.
Ø Las didascalias o acotaciones: son las
indicaciones del autor acerca de cómo debe representarse la obra y se dirigen
al director y los actores. Detallan las características de la escenografía; los
gestos, las actitudes, los tonos de voz y los movimientos de los personajes; el
vestuario; la música; las luces; etc. En ellas predomina, por lo general, el tipo
textual descriptivo. Las didascalias suelen estar escritas en cursiva
(o algún otro tipo de letra diferente del que se usa para los parlamentos) y/o
entre paréntesis.
Ejemplo:
Juana (suave).
-¿Por qué no deja primero que cuente? Es interesante. A Antonio, sobre todo, le
tiene que interesar. […]
Antonio (la mira. Pausa). -Que cuente, si
quiere. (Se levanta para irse. Una pausa
vacilante de Mateo: mira a Badoglio).
Mateo (a
Juana, suave y lentamente). –Bueno. Fue un caso que pasó en Francia. Se le
llamó “El pan de la locura”.
Otros elementos fundamentales
del texto dramático son:
Ø Lista
de personajes: es lo primero que encontramos después del título al leer un
texto dramático.
Ø La presentación
de escena: es un tipo particular de didascalia, en el que se describe el
lugar en el que se desarrolla la acción. Suele situarse al comienzo de la obra
o de cada acto.
Ø Nombre
de los personajes: con ellos se encabeza cada parlamento del diálogo
teatral.
Cuando hojeamos un texto
dramático leemos todos estos elementos. En cambio, cuando vamos al
teatro a ver una función, escuchamos los textos de los parlamentos de boca de
los personajes y “vemos” plasmadas las acotaciones... Es decir, no escuchamos
el texto de las didascalias sino que percibimos su representación sobre el
escenario (nadie nos dice, por ejemplo, “hay una mesa”, simplemente vemos la
mesa en escena).
Por esto es muy importante
diferenciar texto dramático (lo que el autor escribió en papel) de texto
espectacular (el espectáculo en sí, la representación, aquello que
vemos y escuchamos cuando vamos al teatro).
Estructura externa
Las obras teatrales se dividen
en actos. Su comienzo está marcado por el levantamiento del telón,
y el final, por su caída. En las salas que carecen de telón suelen usarse las
luces: se encienden al comienzo de cada acto y se apagan para marcar su final.
Muchas veces, la división en actos indica
que ha pasado cierto tiempo o que la trama se desarrolla en un lugar diferente.
A su vez, cada acto se divide en
escenas, que están marcadas por la salida o la entrada de los
personajes. Así, cada vez que sale o entra al escenario algún personaje,
estamos frente a una nueva escena. Las salidas de personajes reciben el nombre
de mutis.
Conflicto
En los textos teatrales se plantea un conflicto, un problema o dificultad que los personajes deben
afrontar. Este conflicto es el núcleo de la acción dramática. En base a él,
podemos distinguir:
Presentación de los personajes, la
situación y el conflicto.
Clímax: punto de máxima tensión del
conflicto.
Desenlace: el conflicto desemboca en
algún tipo de resolución, feliz o desdichada.
Dentro de una obra dramática
generalmente se presentan un conflicto central o principal y otros conflictos
secundarios (ya sea porque son problemas menores, porque no reciben el foco
de la atención o porque involucran a personajes secundarios).
Ingredientes de una
representación teatral
En una representación teatral,
como adelantamos, se conjugan diversos elementos: el texto teatral
escrito por el autor o dramaturgo; la actuación de los actores (sus
gestos, movimientos y tonos de voz); la escenografía; el vestuario;
las luces; la música y los efectos sonoros. En algunas
puestas también puede haber baile, video, efectos especiales, canto, etc. Quien
dirige una representación teatral y decide cómo se combinan estos
distintos elementos es, justamente, el director.